Perros y gatos pueden sufrir los mismos miedos (a otros animales, a los ruidos, al agua, al veterinario…), tener la misma ansiedad (por viajar, por estar solos en casa, embarazos psicológicos en el caso de las gatas…) y sentir en mismo confort y felicidad (de estar rodeados de todos los miembros de la casa, de disfrutar de una buena cama, y jugar sin cansar con su juguete favorito…)