Esto es tan simple, como ponerse en el lugar del perro. Si a ti, como propietario de perro te hicieran lo mismo, y durante toda tu vida estuvieras confinado en un jardín o en una finca de 10.000 hectáreas… ¿te gustaría?. Hay que tener claro que el perro es un animal muy social, y que es nuestra responsabilidad sacarlo a pasear, a relacionarse con otros perros y personas, a que huela nuevos aromas, a que explore nuevos territorios, a que haga otro ejercicio que el de estar dando vueltas por los mismos sitios, etc. Si no lo hacemos, nuestro perro mostrará claros síntomas de ansiedad: ladrará en exceso, tendrá apatía continua, aullará, se escapará de casa en cuanto pueda, etc.