Al ser animales sociales, los perros tienen una necesidad innata de formar vínculos intensos con otros de su misma especie. Sin embargo, al ser animales domésticos, también han desarrollado la necesidad de formar vínculos intensos con los seres humanos.

Científicos de la Universidad de Medicina Veterinaria en Viena (Vetmeduni Vienna) han estudiado el tipo de vínculo que forman los perros con los humanos, basándose en la teoría del apego. Sus resultados sugieren que los vínculos que forman los perros con sus humanos podrían ser muy parecidos en principio a los vínculos que forman los niños pequeños con sus padres.

La teoría del apego indica que el fuerte vínculo de los bebés hacia sus padres es una adaptación evolutiva que permite proteger a los infantes, ya que el apego hace que éstos busquen con frecuencia a sus padres o cuidadores. Los científicos de Vetmeduni Vienna sugieren que los perros han desarrollado una adaptación similar a lo largo de su evolución, mediante la cual no solamente pueden apegarse a sus conespecíficos, sino también a los humanos. Esto les habría servido de mucho, ya que la mayoría de los perros viven como mascotas o en algún tipo de relación de dependencia hacia las personas.

Durante la investigación, los científicos evaluaron particularmente lo que se conoce como efecto de base segura, que es uno de los componentes de la teoría del apego y que dice que el cuidador o padre proporciona una base segura para que el niño pueda explorar el mundo con confianza. En el caso de los perros, la base segura la proporcionaría el propietario o cuidador del perro.

Mediante varios experimentos, concluyeron que los perros efectivamente son dependientes de la seguridad que brindan sus propietarios o cuidadores para explorar con confianza su entorno. Cuando los cuidadores o propietarios no estaban, los perros eran más reacios a explorar e incluso a tomar comida que se encontraba en el lugar. Esto incluso si habían otras personas en el lugar.

Esta investigación dice mucho acerca de las diferencias entre perros y lobos (que solamente forman vínculos intensos entre ellos) y de la evolución colaborativa del perro y el hombre. Además de ser un punto de partida para posteriores estudios sobre la evolución del comportamiento del perro, puede dar lugar a estudios aplicados acerca de cómo abordar a perros desconocidos haciéndolos sentir seguros (útil por ejemplo, para entrenadores y veterinarios).

Sin embargo, existen aspectos que deben evaluarse en el futuro. Por ejemplo, si en el vínculo perro-hombre también existen los diferentes tipos de apego como los encontrados la relación niños-padres (apego seguro, apego inseguro o de evitación y apego ambivalente).